El desperdicio alimentario es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los dueños de bares y restaurantes. Conservar los alimentos en buenas condiciones es fundamental para sacar el mayor provecho en la cocina. Desde Proacciona, queremos ayudarte a alargar la vida útil de los alimentos usando varios métodos de conservación. Sigue leyendo y conoce algunos de los mejores consejos que podemos darte.
¿Qué es la vida útil de los alimentos?
La vida útil de los alimentos es el período que va desde la producción o envasado del alimento hasta que el alimento pierde sus cualidades fisicoquímicas y organolépticas. Es decir, sus propiedades sensoriales o las impresiones sensoriales que nos dan (textura, sabor, brillo, etc.)
Por lo tanto, estimar la vida útil de los alimentos requiere utilizar investigaciones y datos publicados sobre alimentos específicos, realizar procesos acelerados de deterioro para estudiar cómo responden los alimentos en condiciones de almacenamiento específicas y hacer predicciones. Estos tiempos los marca cada empresa alimentaria para sus productos, y se consideran como parámetros de calidad las diferentes cualidades de los alimentos en cuanto a textura, sabor, aroma, nutrición, higiene, etc.
Extender la vida útil en alimentos
Hay sistemas de conservación muy antiguos y muy modernos. En general, la mayoría de los alimentos “mueren” muy rápido si no aplicamos ningún sistema de conservación.
Todos estos métodos se pueden dividir en métodos térmicos (pasteurización, esterilización, temperatura ultra alta o UHT, escaldado) y métodos fríos (refrigeración, congelación, ultracongelación, liofilización). Actualmente, existen otros procesos tecnológicos que pueden lograr el mismo propósito, como el envasado inteligente, el envasado al vacío, el calentamiento óhmico o las aplicaciones de microondas.
Métodos para conservar alimentos en bares y restaurantes
En el caso de los negocios de restauración, existen dos métodos principales: refrigeración y congelación. Al refrigerar un alimento disminuye su temperatura y se limita la actividad de los microorganismos, con lo que aumenta su vida útil. Por otro lado, al congelar se detiene el desarrollo microbiano a la vez que se reduce la actividad del agua. Estas son algunas prácticas y factores que debes tener en cuenta durante los dos procesos.
Congelar
- Debemos proteger los alimentos con recipientes herméticos que sean impermeables.
- No debe haber aire entre el recipiente y la comida para evitar las quemaduras por la congelación.
- Una vez que se retira el recipiente de vidrio templado del refrigerador, hay que dejarlo a temperatura ambiente y luego recalentar para evitar que se rompa.
- Al congelar alimentos líquidos o semilíquidos, debes dejar espacio para la expansión durante la congelación.
- Es mejor dar un tratamiento térmico previo a las verduras y las frutas (blanquear, hervir rápidamente o precocinar).
- Si la comida ya está cocinada, primero debemos enfriar y luego alejarla de la comida ya congelada.
Refrigerar
- No es necesario lavar los huevos crudos con cáscara para almacenarlos.
- En cuanto a los productos lácteos y embutidos, se recomienda conservarlos en su envase original.
- Las manzanas y los cítricos en particular, deben colocarse en bolsas perforadas o colocarse directamente sin embalaje.
- Las verduras crudas y conservas que hayan sido abiertas deben cambiarse a un recipiente nuevo.
- Las aves y la carne cruda deben envolverse en film permeable al oxígeno y semipermeable a la humedad.
Consejos para preservar los alimentos correctamente
- Utiliza recipientes adecuados para proteger los alimentos. Si no tienen una tapa hermética, usa una película transparente o envuelve la comida directamente en ella.
- Las comidas preparadas deben congelarse en un recipiente hermético apto para microondas.
- Congela mejor piezas pequeñas o porciones.
- Etiqueta cada alimento que desees congelar con su nombre y fecha de congelación.
- Empieza a usar los que hayas congelado primero.
- Observa el tiempo de almacenamiento a temperatura de congelación.
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